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viernes, 4 de septiembre de 2015

Decisiones

- Lo siento mucho cariño, pero esta noche se acaba.
- ¿Pero por qué? ¿Acaso he sido tan mala contigo?

La respuesta no era necesaria. No habias sido mala cariño. Habías sido tú, y yo no podía seguir viviendo contigo, siendo enemigos declarados en una guerra absurda. El silencio sellaba las decisiones, que ya estaban tomadas desde el día que decidimos estar juntos. Y nuestras almas se perdonaban una y otra vez porque querían estar juntas, pero los perros rabiosos de nuestros egos, no estaban de acuerdo con esa decisión. Preferimos alimentarlos, porque sus cadenas nos definian como personas.

Aquel pensamiento, eco de una noche que se repetía una y otra vez.

Aunque hoy siga dando vueltas por ahi en mi cabeza, observo de nuevo una y otra vez esa noche, pero ya no pienso en el "pudo ser". Simplemente la miro y sonrio. Sonrio porque en verdad estuve tanto tiempo sometido por mi propio y cobarde ego, a una condicion que me limitaba y que te limitaba. Que me dañaba y te dañaba. ¡Qué egoistas nos volvemos con el tiempo, buscando el propio bien! ¡Qué inconsciente!

No hay culpables aunque insistamos en buscarlos. No hay inocentes tampoco. Simplemente las cosas tomaron un rumbo que no podiamos controlar por mas esfuerzo que hicieramos. Lo único claro cuando algo empieza, es que en algún momento debe acabar. Y nuestro tiempo dejó ser nuestro desde el momento en que juntamos nuestras miradas.

A veces no basta el placer. Hay veces en que el cariño, se convierte en una caricia inerte sobre una piel encerrada en la rabia y la ira que el mundo nos había enseñado a atesorar. Orgullo le dicen algunos, yo hoy le llamo "Dolor". Y era ese dolor el que no nos permitia ser conscientes del valioso tiempo que perdimos dañandonos.


- Decisiones cariño. De eso se trata. ¿Podremos beber una copa de vino alguna vez, en honor a lo que no fue? ¿Podremos sentarnos alguna vez a lamernos las heridas? ¿Podremos mirarnos a la cara alguna vez sin sentir verguenza?

- Apaga la luz, ya es tarde.

viernes, 12 de junio de 2015

Abismo

Podría tenerlo todo en este momento, en que tranquilamente acaricio tu pelo, y me sumerjo constantemente en tu boca. Pero hay algo en esto. Algo que no podría interpretar con palabras, pues nunca lo había sentido antes. Es como si en verdad, todo esto que hago, lo hiciera solo. Es como si no estuvieras acá. ¿No es extraño? No me hace sentido que me digas que me quieres, y que a veces timidamente me digas que me amas. No me hace sentido que mientras trato de alcanzar tu corazón con la mirada, tus ojos digan otra cosa. Que te enrosques en una caparazón, recubierta por las más hermosas señales, pero que dentro oculte algo. No lo entiendo a decir verdad. Hoy nuevamente me quedo estupefacto, mientras lloras a un costado mio. Intento abrazarte, pero hay un sudor frio e incomodo en tu cuerpo, que traspasa tu ropa. Hay algo en ese gemido, ahi esta la verdad, lo se, pero se me hace imposible llegar a ella. En este momento, esta expuesta la verdadera persona que eres, pero no se que hacer para retenerla. Es aqui donde deberiamos habernos conocido, es en este preciso instante. Pero ya es tarde. Nuevamente y bajo la excusa de un abrazo, tratas de arrimarte sofocada a mi cuerpo inquieto y sediento de tus caricias. Ahi se acaba todo de nuevo. Pienso, y le doy miles de vueltas, tratando de entender que es lo que hay en el fondo de esas lágrimas, de ese pesar. Que hay detras de esa sonrisa que enseñas al mundo, pero esos ojos que encierran tanto dolor, como si les hubieran arrebatado algo. Como si te hubieras acercado demasiado al abismo y el abismo haya penetrado para siempre en ti.

jueves, 23 de abril de 2015

Dr. Jekyll y Mr. Hyde



Robert Louis Stevenson, responsable de la novela "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde" (1886), hizo un interesante relato relacionado a la capacidad de la mente humana para generar un fenómeno de doble personalidad. Doble personalidad, que en el caso de la novela, se transformaba en una pesadilla constante para el protagonista: El bien y el mal, la luz y la sombra tratando de sobreponerse.

Fue interesante reencontrarme con este libro, y darme cuenta de que de alguna manera los humanos, padecemos en mayor o menor grado de este conflicto interno al que estaba expuesto el protagonista de la obra. Quizá no al extremo descrito en la novela de Stevenson, pero definitivamente, algo tenemos de Jekyll y el Señor Hyde en nuestro interior. 

Lo sé. La comparación puede parecer un poco burda en primera instancia, pero pienso que este desorden psicológico de personalidad, se hace muy real cuando estamos bajo los efectos del enamoramiento. ¿Quién bajo los efectos de este, no ha terminado desconociéndose a sí mismo, realizando acciones que jamás se hubiera imaginado? ¿Cómo es posible que los fuertes se tuerzan llorando por amor? ¿O que la gente que estuvo muy enamorada en algún momento, hoy no acumule más que odio por la que alguna vez fue su pareja y que amaba con todas sus fuerzas?

La manera en que comenzamos las relaciones hoy en día, consiste en un patrón sumamente común y que se acerca un poco a la forma en que el brillante Dr. Jekyll, comienza a dar rienda suelta a este monstruo que desconoce, y que sin embargo habita en él. Una personalidad oscura que termina saliendose de control, con resultados totalmente inesperados.

Pero, volviendo al tema afectivo, es común enredarnos en diversas relaciones, creyendo poder encontrar en el otro, todo lo que queremos y necesitamos, pensando en que son fuentes inagotables de placer y alegría. Nos sublimamos en un ejercicio que muchas veces termina con nosotros sumidos en depresiones, angustias, tristeza, y una serie de sentimientos que son casi todo lo contrario al amor que sentimos en principio. ¿Qué fallo? ¿Qué hicimos mal?
Aparece de nuevo el atormentado doctor del relato. Todos somos Jekyll’s tratando de amar a Hyde.

Y ahí reside a la vez, el error más grande de todos, ver al otro por separado. 

La lección más importante, es que hay que saber amar al Dr. Jekyll y Mr. Hyde como un todo. SI te enamoras solamente de la parte buena, la parte mala de una persona, te será chocante. Al contrario, si te enamoras del monstruo, su parte buena, te será incomoda, casi rozando en la parodia.

Como humanos nos acostumbramos a la idiotez de pensar que somos buenos o malos., pensando que el definirnos nos convertirá en un absoluto inmutable, lleno de orgullo y sobrebia.

Sin embargo, nuestra personalidad va cambiando con el tiempo, transformandose lentamente durante el tiempo. Todos tenemos algo de cada cosa, en mayor o menor grado, pero formamos un todo, y eso es lo que hay que aprender a amar. Un todo como tal.Con el bien y el mal integrados a nuestro ser.

lunes, 23 de marzo de 2015

Epilogo

Hasta hace un poco tiempo, pensé que había leído todos los capitulos de aquel libro. Pero solo estaba siendo testigo del prologo. Ahi, aún permanecían retenidas todas las emociones, que no forman parte de esa historia. Sensaciones y emociones. Imagenes que solo existen en mi cabeza. Permanecen retenidas, liberando su efecto, aún despues de mucho tiempo. Quizas cuando ocurrieron, significaron algo importante, tal vez parte del camino que había que seguir necesariamente. El camino del aprendizaje, de las esperanzas. Hoy se olvidan y pierden completamente el significado que alguna vez tuvieron, como si hubieran sido parte de un sueño. 

Dejé de confiar en el tiempo, porque cada uno de los parrafos del libro, eran de un tenor engañoso. Cada uno de los actores que permanecían en el guión, estaban cubiertos por muchas facetas, que finalmente hacían irreconocible su bando. No entendía muy bien, pero a veces estaba en medio de la oscuridad, cuando los puñales se enterraban con firmeza en mi cuerpo, tratando de entender el porque. Tendido sobre el piso, me convertí en un ser ciego y furioso, que trataba de dar alaridos al cielo, pretendiendo que Dios me escuchara alguna vez. Pero no tenia sentido. Aquellos gritos llegaban tarde. Aquella plegaria ya se había consumido mucho antes de que me hubiera dado cuenta.
Todo lo que queda hoy, es una brecha recorrida de la que poco recuerdo. En donde no existe claridad de cuando, o en que momento, todos los pilares de mi alma cayeron sobre mi.

Hoy estoy en paz. Miro las ruinas con la tranquilidad de haber querido jugar a ser el mismo Dios sordo que jamás me escucho. Me impulso a caminar de nuevo sobre la senda que escogí, dejando de lado aquel libro, para que otro pueda comenzar a entender sus páginas.

Mi error sin duda, fue ser el actor del epilogo, de una novela que había terminado apenas comencé a leer.


martes, 17 de marzo de 2015

Historias



Debo reconocer que hasta hace no mucho tiempo, me aburría escuchar lo que la gente me quería contar. Lo anterior responde a la desilución que tenía hasta hace algún tiempo, de la certeza de que casi todo lo que podía escuchar de alguien, me daba una suerte de seguridad respecto a quien tenía enfrente.


Sin embargo, esa percepción cambio por completo durante el último año. Pude comprender que muchas de las historias que la gente cuenta, están completamente desligadas de lo que realmente hacen en la vida:. Amor, engaños, alegrías, vivencias de toda índole. Es como si fuéramos una especie muy extraña respecto a lo que realmente queremos. Vivimos en una eterna batalla en donde la dualidad de nuestro Yo y nuestro Ego, siempre termina por mantenernos en un cuestionamiento inagotable. Y hay que entender aquella dualidad, abrazando al ser que tienes enfrente. Detrás de aquella historia que escuchamos, hay una mucho más profunda sin ser relatada.


Decir y hacer. Un paso que suena tan simple, pero a la vez, un movimiento de impensadas consecuencias en el tiempo. A veces incluso, poder convertirse en una condena, y en otras ocasiones en el alimento para esta voz interna que exige respuestas. Un movimiento sublime pensado para esta "sinfonía" que conocemos como nuestra vida.


Un coleccionista de historias, es eso en lo que me he convertido. Como un atento alumno deseoso de aprender. Cada una de esas anécdotas que llegan a mis oídos, las atesoro, las repito algunas veces en mi cabeza, y trato de entender la razón por la que las personas son únicas, y que aunque la historia se repita una y otra vez en diferentes personas, es la experiencia la que le da un tenor diferente. 


Quizá de alguna forma, y como cita la divina comedia “lo que llamamos azar es nuestra ignorancia de la compleja maquinaria de la causalidad”. Todos estamos viviendo la misma historia, contada desde diversos extremos, a veces sin conocernos, pero al fin y al cabo nos ha tocado vivir en esta fábula que llamamos vida, llena de un aprendizaje, que no es otra cosa más que vivir. Sublimarnos con cada momento y con todos aquellos que forman parte de esa irremediable fracción de tiempo destinada a permanecer solamente en nuestra memoria.


Cada vez que escucho una historia, atesoro un valioso fragmento de tiempo, que la otra persona me ha entregado. Un regalo incierto por cierto, pero a fin de cuentas, la vibración de vida que la otra persona ha escogido compartir.




viernes, 23 de enero de 2015

Contaminacion Afectiva

¡Cómo cuesta hacerse responsable de aquellos sentimientos que nos inundan y muchas veces pretenden ahogarnos! ¡Se vuelven como niños traviesos y crueles,sin control!

Las emociones humanas tienen una cualidad particular y misteriosa respecto a los sentimientos : Se aferran a situaciones, evocaciones, reminiscencias; Se vuelven expertos en buscar recovecos donde sobrevivir a los embates del presente, y mantenerse vigente como una voz en la cabeza. Y cuando se trata de sufrir, las emociones son verdaderos expertos en sobrevivir por semanas, meses, incluso años. Como una celula cancerigena, el sentimiento  de tristeza se replica, se transforma, y vuelve atacar una y otra vez.Sentimiento ocasionado usualmente por una perdida.

Contaminacion afectiva: Podriamos definirla cuando un sentimiento determinado, que es capaz de infectar totalmente el organismo y la mente. Impide mirar las cosas con claridad, y afecta totalmente el juicio. El enamoramiento por ejemplo, es un claro ejemplo de esta condicion:

1. Aparece el objeto del deseo
2. Agregamos propiedades que no existen
3. Despertamos a la realidad
4. Sufrimos por tratar de cambiar esa realidad
5. Nos destruimos en el proceso
6. Apego enfermizo
7. Pensamos que solo esa es la manera de solucionar nuestro dolor interno.
 
Divinizamos y nos martirizamos.

Sin quererlo, generamos un sentimiento de dependencia que nos impide ver la naturaleza verdadera de las cosas. Una manipulacion siniestra de la que hemos sido nuestros propios artifices. De alguna manera, nos volvemos adictos a ciertas situaciones: Al desprecio constante, a la indiferencia, al odio, a la infidelidad, al irrespeto. Situaciones que nos causan sufrimiento y que sin duda comienzan a pasar por sobre nuestros valores y nuestra "responsabilidad" que tenemos como preciados seres humanos. Ahí comienza un infierno del que nos volvemos dependientes. Pensamos que para que alguien nos acepte, debemos tolerar que nos pasen por encima con una aplanadora de indiferencia e indolecia. Y ahí, cuando ya estamos hechos pedazos, se nos ocurre la "genial idea" de que "cambiar nuestra conducta" nos hará sentirnos aceptados por el otro.

El amor propio, se vuelve mucho más que un acto de salvamento en estas ocasiones, pero también se puede volver un ejercicio peligroso, cuando lo confundimos con el Ego, y pensar que hemos realizado siempre las acciones correctas. Hay que recordar que cada la manera de relacionarnos con los demas, es algo que nosotros escogemos, y asi también debemos hacernos cargo de entender que no siempre haremos una buena elección, sobre todo cuando pensamos que estar con alguien se convertirá en el sahumerio mágico para nuestros propios problemas de administracion interna. Sólo se convertirá en una situacion provisoria y una antesala a una fuente de problemas.

Hay que ser responsable de nuestros sentimientos.Hacernos cargo cuando estos se salen de control, y se vuelven nuestros propios enemigos.
 





lunes, 19 de enero de 2015

Atrapado en el reflejo: Transtorno Narcisista

Cuando escuché por primera vez el termino del  "Transtorno Narcisista", una alerta se hizo escuchar en mi mente. No daba crédito a que una suma de conductas, fuera indicador de este transtorno sicologico de impensadas consecuencias.

Y cuando hablo de impensadas consecuencias, me refiero a que no es creíble que exista gente que maneje de forma fría y calculadora cada una de las relaciones afectivas a las que tiene alcance.
 





¿Y qué cosas tan terribles podemos encontrar en la relación con un narcisista?

1. No existe un verdadero interes en acrecentar el amor. Lo único que importa es manipular lo suficientemente al otro, para que sienta que ante cualquier "error" puede perder tan valiosa compañia. La pareja de un narcisista es un "medio" o un "bien", que como tal, puede ser depreciado o reemplazado a voluntad.

2. Constante sentimiento de insatisfacción: No existe manera de compensar esta situación. En el momento en que intentes suplir algun reclamo indicado por tu pareja, magicamente aparecerá otro, y será tu culpa el no haberlo previsto.
 
3. Las personas con desordenes narcisistas, están tan pendientes de sí mismos que los intereses y necesidades de los demás, pasan a ser temas sin mayor relevancia en su vida.  Viven cubiertos por un manto de indiferencia que les impide tener mayor empatía por los sentimientos de los demas.

4. Es casi imposible establecer con ellos una comunicación franca y sincera, ya que usualmente estan en una posición defensiva, estudiando friamente cada uno de los posibles movimientos posibles para poder deshabilitar a su rival al menor  descuido. Tampoco aceptan cuestionamientos de su conducta, ya que usualmente, los errores son cometidos por culpa de los "demas".

5. El trastorno narcisista de la personalidad también se asocia frecuentemente con desviaciones sexuales, en donde es común humillar a la pareja o hacerle sentir que el acto en si, es una "moneda de cambio" o un "acto despreciable", del que ellos no quieren formar parte. Eso los lleva a realizar un constante acto de "da y quita", con la finalidad de que su pareja se sienta "afortunado" de estar con ellos. Esta nueva "arma" de manipulación, funciona de maravillas para sus intereses, ya que pretender liberarse de ese circulo, implicaría una demostración de "no quererlos lo suficiente", o  de quererlos "solo para ese aspecto", lo que genera una gran grado de culpa en la otra parte, transformando a su pareja en una suerte de rehen emocional que se moverá constantemente entre el sentimiento de culpa y el dolor de no sentirse aceptado por su pareja narcisista. Una vez obtenido este resultado, el narcisista despreciará rápidamente a la pareja, la que perderá súbitamente su valor, pudiendo pasar rápidamente de la idealización hasta el mayor desprecio. Usualmente todo aquello desencadena en el buscar de una nueva pareja por parte del narcisista, que le permitirá reanudar una relación patológica, y a la cual, como en muchos casos, acabará destruyendo psicológicamente.

6. Pasar del amor al odio, de manera constante. Un circulo sin fin, que terminará solo cuando la otra persona tome la determinación. Es casi imposible que un narcisista cargue con la responsabilidad de una ruptura, ya que usualmente será siempre culpa de la pareja.

7. Necesidad constante y enfermiza de halago. Su egocentrismo deriva en comportamientos donjuanescos, en los que la conquista de otra persona cumple esencialmente la función de servir para reafirmar la imagen idealizada de sí mismos. Enamorar a los demás implica para ellos la confirmación de su alto valor, como consecuencia del cual los otros le admiran y enamoran. Por eso, cuantas más personas se conquiste, más razones habrá para aumentar esa autoestima. Cuanto más dificil sea una persona de conquistar, mayor interés tiene para ellos el lograrlo, ya que reafirmará más la idea de su propio valor.

Como pueden ver, si estan frente a una o mas caracteristicas de esa especie, ha llegado el momento de escapar, y muy lejos.