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jueves, 7 de julio de 2016

Durmiendo con el diablo



-       
Eres lo peor que me pudo haber pasado
-          - Pero tú lo escogiste.
-          - Sí. Tienes razón. Lo escogí. Pero ahora ya no lo quiero. Ya no quiero esto. Estoy aburrido de esta obra en donde siempre me llevo la peor parte.
-         - Ah. Es que ese es tu problema. Eres una persona débil. No tienes capacidad de entender las cosas, y al final terminas como costumbre, en el fondo de un pozo, pidiendo ayuda. Que te quede claro que esta vez no voy a salir en tu ayuda.
-          - No te la he pedido.
-          - Entonces cállate. Quiero dormir.

Transformar una relación en un podio para exponer los defectos del otro, es sin duda un mal ejercicio que a menudo, parejas de mucho tiempo comienzan a desarrollar. Usualmente es este el gran motivo que termina por desatar muchas de las crisis que a posterior, significarían el triste desenlace. ¿Pero que nos motiva a desarrollar una sistemática ofensiva contra alguien que en algún momento, entraba en el rango de la perfección?
Haga un breve análisis. Es probable que sus intenciones siempre hayan sido las mejores. Y muy probable, las de su pareja igual. Pero eso no fue suficiente. En algún momento, alguien descubrió trazas de humanidad. Si, aquellas cosas malas que también forman parte de nosotros. En este punto todo podría traducirse en ¿Así como podemos vivir con lo bueno, podemos vivir con lo malo? ¿Y si tolero lo malo del otro, el otro, tolerara lo malo en mí?
¿Qué resultara de esta nueva etapa?
Es un dilema interesante. Nunca conocemos una pareja mostrando nuestros defectos ni falencias. Si lo hiciéramos, seria probable que nunca encontraríamos una pareja, o quizás si, pero no deja de ser interesante el ejercicio de pensar en que una relación, usualmente se traduce en un proceso de adaptación para el que hay que estar preparado.

- Estaba durmiendo con el Diablo, y no me di cuenta.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Costumbre



"Hay muchas personas que adquieren la costumbre de ser infelices." 

- George Eliot.

Cuando te vi, y te quedaste mirándome, siempre supe que había un error en todo esto. Bajabas la escalera del subterráneo, con una mirada tímida, pero amenazante.Vestida como me gustaba. Y así fue como luego, ahogados en alcohol durante aquella noche, terminamos abrazados y me besaste. ¿Quién lo diría? Probablemente una suerte de interés – pensé- , o alguna forma macabra de hacerme caer en terrenos que desconocía. Desconfié. Desconfíe pero me gustaba lo que me hacías sentir. Me hiciste sentir vivo, en el momento en que estaba muerto, aún sangrando por las heridas del pasado y temeroso por las heridas que habría de sufrir en el futuro. Me hiciste sentir vivo de nuevo, a pesar de que cargabas con las heridas abiertas del pasado que nunca enfrentaste.

Violente mis leyes sagradas. Me proyecté más allá de lo que había pensado hasta ese entonces. Seguí bebiendo de tus labios, una y otra vez, aunque cada vez que lo hacía, me encontraba espinas, espinas que me hacían sangrar. 

Cada vez que nuestros cuerpos se unían, había algo que estaba oculto, abrazado de culpa y dolor, de lágrimas y temores. Pero me acostumbré también. Me acostumbré a sangrar, a pasar frio, a echarme hacia un lado, a llorar en la oscuridad. Me acostumbre a esperarte, a callar lo que realmente sentía. Me acostumbre a que el silencio dijera lo que en realidad quería decir. Me acostumbré a mirarte como un intruso mira a su víctima antes de atacar.

Me acostumbre a sentirte como un objeto, más que una persona, en el último tiempo, mientras te alejabas. Me acostumbré a sentirte más como una prisionera que quiere huir en cualquier momento, que alguien que estaba por su propia voluntad. Me acostumbre a vivir con alguien que jamás abrió sus puertas, y que sabía demasiado de mí. Me acostumbré a tus abrazos y tus besos, y a la poesía que a veces cantabas en silencio. A esas sonrisas de medianoche, y esos trasnochados encuentros. Tu tiempo, fue valioso, más que cualquier pertenencia de este mundo que el dinero pueda comprar. Son las pertenencias que jamás tendré que devolverte y me alegro de eso.







martes, 10 de febrero de 2015

500 Days of Summer (¿500 días con ella?)



500 Días… ¿Con ella? (500 Days of Summer)
 
“Tom  (Interpretado por Joseph Gordon-Levitt) es un joven arquitecto, dedicado a un rutinario trabajo como escritor de tarjetas de felicitación, viviendo una vida sin mayores sobresaltos, hasta que un día aparece en su trabajo,  la joven Summer Finn (Zooey Deschanel), una atractiva chica, hija de padres divorciados. Tom se enamora rápidamente de Summer, con quien comienza un romance idílico, que abruptamente, le hará reestructurar su manera de pensar sobre el amor verdadero”.

Es curioso lo que significo esta película para mucha gente. Personalmente, escuché mucho de ella durante un tiempo, pero jamás me interesó verla.  Un día sin embargo, decidí echarle un vistazo, para comprobar algunos mitos que circulaban en internet de ella (El odio a la protagonista por ejemplo) y salir de dudas. 

 Me quedo claro al final de cinta, porque la mayoría termino odiando a la protagonista femenina, pero lo que más me llamo la atención, fue que muy pocos repararon en la conducta del protagonista de la cinta y el mensaje que pretendía entregar la película desde un principio: “Esto es una historia de chico conoce a chica. Pero más vale que sepas de entrada que no es una historia de amor“. Definitivamente 500 Days of Summer no es una cinta de amor ni romanticismo, sino más bien, todo lo contrario: es una historia de desamor. Es más bien una advertencia a brazo alzado, sobre todo para el público masculino.

A continuación algunos spoilers mayores de la cinta (si no la has visto,  deja de leer!)

Si bien la película tiende a presentar como hilo principal, como transcurre la historia de Tom, enamorado de Summer, la cinta se enfoca precisamente, en las desventuras que tuvo que experimentar una vez acabo su relación. Como tuvo que volver a enfocarse en sí mismo, ser leal a sus proyectos, luchar contra el sufrimiento de darse cuenta, que el único que se “engancho” en la relación fue el.  Expectativas versus la realidad. Despertar amargamente de toda aquella fábula que inventó en su cabeza respecto a la chica de sus sueños.

Que quede claro, que no tengo nada en contra de la protagonista: Summer nunca tuvo nada claro respecto a lo que deseaba en la vida. En cada película y libro que compartieron con Tom, veía con nostalgia algo que no podría alcanzar jamás con Él. Es por eso que en el tiempo, Tom no fue más que un medio para “no estar sola” mientras aparecía aquel ser que supuestamente la haría feliz. 

Es por eso que su relación pasó a ser algo sin mayor importancia y que cuando llegó el momento descartó sin más, agregando por cierto el hecho de que Tom le facilito el duelo durante un buen tiempo del metraje de la cinta. Fue precisamente por eso que al cabo de un escaso tiempo, Summer pudo sentirse completamente segura de tomar la decisión de casarse. Tom le había ayudado sin querer, a posicionarse ante su nueva pareja sin dolor alguno, ni sentirse sola. ¡Felicidades Tom! 

Debo admitir que de alguna manera, me sentí identificado con el personaje. Pero aunque parezca cruel, la vida es así de determinante en lo que respecta a relaciones. No necesariamente la gente busca relacionarse para estar feliz, sino que para ocultar el inmenso dolor que ocultan en sus corazones.

Bueno, al terminar el metraje, me pregunté ¿Y qué pasaría con Tom? Pues es claro que entendió completamente la moraleja al final de la cinta: “Tom finalmente aprendió que no existen los milagros. No existe tal cosa llamada destino. Nada está destinado a ser. Él lo sabía. Estaba seguro de ello ahora.

-Mi nombre es Tom.
-Encantada de conocerte. Yo soy Autumn.”

Después del verano, siempre llega el Otoño.



lunes, 2 de febrero de 2015

La peligrosa Adicción

Cualquiera pensaría que la adicción solo es una palabra que le cae a los drogadictos, o enfermos de cualquier especie. Sin embargo, la adicción también a aplica a la forma de relacionarnos con las personas. Necesariamente, es importante que podamos analizar nuestras relaciones durante el tiempo, para descubrir cuales han sido las fuentes que han generado los problemas.

No estoy hablando de limitarse a establecer un vinculo con alguien, por el contrario. Hablo de sanear los vinculos que podamos tener con las personas, evitando primeramente la dependecia y la contaminación afectiva. Es primordial entender que al generar un nivel de adicción a cierto tipo de relacion sentimental, nos veremos en un caso muy similar al que un adicto a alguna droga, debe enfrentarse si pretende dejar su adicción. 

En estos casos, no existe la terapia de choque. La cosa es simple: Contacto 0.

No hay grises, ni intentos, ni terceras ni cuartas o quintas oportunidades, ni siquiera pensar en el termino de "amistades por conveniencia". Cuando aún sufrimos por la persona, definitivamente, debemos encontrar primero, cual es el verdadero origen de este apego enfermizo. Es probable que nos demos cuenta con asombro, que la adicción viene principalmente de nuestro miedo a enfrentar la soledad, que dervia en la incapacidad de relacionarnos con alguien "emocionalmente estable".

Curiosamente la gente que tiene problemas emocionales, tiene a buscar a los de su especie, constantemente. Un rito que se repite cada cierto tiempo, con muchos heridos, y muertos en algunas ocasiones. 

Una muy buena técnica para superar la adicción, es poder liberarse de vinculos, tanto directos como indirectos. Llega el momento, primero que todo, de enfrentarnos a nosotros mismos. ¿Qué hay dentro de nosotros que nos impulsa a relacionarnos con gente emocionalmente inestable? Es una buena pregunta para empezar. Quizas incluso, nos podemos dar cuenta que la respuesta a veces puede ser totalmente opuesta a lo que pensamos. Un adicto afectivo, finalmente no requiere el vinculo para sentirse bien, sino que todo lo contrario: Necesita sentir una suerte de "castigo"; generar un ciclo de amor y daño. NI las terapias, ni los libros de autoayuda sirven, sino estamos dispuestos a observar dentro de nosotros, tolerarnos, y aprender que para poder relacionarnos sanamente con alguien, primero debemos relacionarnos de la mejor manera con nosotros mismos.

lunes, 19 de enero de 2015

Atrapado en el reflejo: Transtorno Narcisista

Cuando escuché por primera vez el termino del  "Transtorno Narcisista", una alerta se hizo escuchar en mi mente. No daba crédito a que una suma de conductas, fuera indicador de este transtorno sicologico de impensadas consecuencias.

Y cuando hablo de impensadas consecuencias, me refiero a que no es creíble que exista gente que maneje de forma fría y calculadora cada una de las relaciones afectivas a las que tiene alcance.
 





¿Y qué cosas tan terribles podemos encontrar en la relación con un narcisista?

1. No existe un verdadero interes en acrecentar el amor. Lo único que importa es manipular lo suficientemente al otro, para que sienta que ante cualquier "error" puede perder tan valiosa compañia. La pareja de un narcisista es un "medio" o un "bien", que como tal, puede ser depreciado o reemplazado a voluntad.

2. Constante sentimiento de insatisfacción: No existe manera de compensar esta situación. En el momento en que intentes suplir algun reclamo indicado por tu pareja, magicamente aparecerá otro, y será tu culpa el no haberlo previsto.
 
3. Las personas con desordenes narcisistas, están tan pendientes de sí mismos que los intereses y necesidades de los demás, pasan a ser temas sin mayor relevancia en su vida.  Viven cubiertos por un manto de indiferencia que les impide tener mayor empatía por los sentimientos de los demas.

4. Es casi imposible establecer con ellos una comunicación franca y sincera, ya que usualmente estan en una posición defensiva, estudiando friamente cada uno de los posibles movimientos posibles para poder deshabilitar a su rival al menor  descuido. Tampoco aceptan cuestionamientos de su conducta, ya que usualmente, los errores son cometidos por culpa de los "demas".

5. El trastorno narcisista de la personalidad también se asocia frecuentemente con desviaciones sexuales, en donde es común humillar a la pareja o hacerle sentir que el acto en si, es una "moneda de cambio" o un "acto despreciable", del que ellos no quieren formar parte. Eso los lleva a realizar un constante acto de "da y quita", con la finalidad de que su pareja se sienta "afortunado" de estar con ellos. Esta nueva "arma" de manipulación, funciona de maravillas para sus intereses, ya que pretender liberarse de ese circulo, implicaría una demostración de "no quererlos lo suficiente", o  de quererlos "solo para ese aspecto", lo que genera una gran grado de culpa en la otra parte, transformando a su pareja en una suerte de rehen emocional que se moverá constantemente entre el sentimiento de culpa y el dolor de no sentirse aceptado por su pareja narcisista. Una vez obtenido este resultado, el narcisista despreciará rápidamente a la pareja, la que perderá súbitamente su valor, pudiendo pasar rápidamente de la idealización hasta el mayor desprecio. Usualmente todo aquello desencadena en el buscar de una nueva pareja por parte del narcisista, que le permitirá reanudar una relación patológica, y a la cual, como en muchos casos, acabará destruyendo psicológicamente.

6. Pasar del amor al odio, de manera constante. Un circulo sin fin, que terminará solo cuando la otra persona tome la determinación. Es casi imposible que un narcisista cargue con la responsabilidad de una ruptura, ya que usualmente será siempre culpa de la pareja.

7. Necesidad constante y enfermiza de halago. Su egocentrismo deriva en comportamientos donjuanescos, en los que la conquista de otra persona cumple esencialmente la función de servir para reafirmar la imagen idealizada de sí mismos. Enamorar a los demás implica para ellos la confirmación de su alto valor, como consecuencia del cual los otros le admiran y enamoran. Por eso, cuantas más personas se conquiste, más razones habrá para aumentar esa autoestima. Cuanto más dificil sea una persona de conquistar, mayor interés tiene para ellos el lograrlo, ya que reafirmará más la idea de su propio valor.

Como pueden ver, si estan frente a una o mas caracteristicas de esa especie, ha llegado el momento de escapar, y muy lejos.

lunes, 12 de enero de 2015

Ahi vas de nuevo

Ahí vas de nuevo otra vez.
No sabes como te admiro a veces, y te maldigo otras tantas.

Terco, no aprendes la lección, aunque tal vez, en esta ocasión ya tienes claro como funciona la existencia.

Vas esperanzado, pensando que esta vez si es la definitiva... aunque ¿Hay definitiva?

Si, como esta y otras miles de veces atras, lleno de aquellas ilusiones que hasta hace no mucho se habín convertido en serpientes que nos asfixiaban. Pero tu lo sabes y yo lo sé. Sabemos que no existe una manera diferente de vivir la vida. La vida es asi. El amor es asi.(¿Hay algún libro que recopile como podría ser?)

El amor... tanto que he hablado de el en estos días, con tantas formas y condiciones. Con tantas historias que giran en mis oidos. Algunas llenas de bendiciones, y otras que parecen cuentos de tortura y condena; tanta gente que lo pasa mal, y tanta gente que cree estar feliz. Algunos sentados sobre la boca de un volcán. Tantos que hoy cierran historias por darse cuenta que lo que tenian enfrente no era lo que querian... Espera, ¿Lo que querian? ¿Acaso es valido pretender que otra persona este dispuesta a darte todo lo que tu pides? 
 
Ahí vas de nuevo otra vez.
No sabes como te admiro a veces, y te maldigo otras tantas. 
pero por ahora hay una diferencia: Ya no tengo miedo como antes.