jueves, 12 de febrero de 2015

Noches en Blanco Satín



Una canción alejada de la época que me corresponde podrá pensar usted querido lector, pero, y como un eco de memorias perdidas en el tiempo, ejerce un efecto casi de sedación mental sobre mi persona. Melodías que de alguna manera evocan una nostalgia que no me corresponde. 

Todo lo anterior, responde a la canción  “Nights in White Satín”, de la banda Moody Blues, 
canción que ha sido utilizada en varias ocasiones en el cine,en peliculas como "Sombras Tenebrosas", "Casino", e incluso Halloween 2".

Sin querer, siempre me imagine que el contexto de la canción abarcaba el final de algo, algo asi como el obituario de un sentimiento, pero aferrado a algo mucho más grande. No fue hasta que me detuve en un texto del creador original de la canción, que corroboré mis sospechas. Sin dudarlo, me alegro saber que mi intuición respecto al tema, estaba correcta.

La canción fue escrita por Justin Hayward, quien se unió a la banda, luego de que Denny Laine dejara el grupo. La idea de escribir la canción, llegó luego de que alguien le regalará un juego de sábanas de satín blanco. “Escribí nuestra canción más famosa, cuando tenía apenas 19 años. Fue algo así como una serie de pensamientos al azar y algo de autobiografía. Fue una época llena de emociones: me encontraba al final de un gran amor y en el comienzo de otro. Mucho de eso tiene la canción.”
Dejaré una traducción de la letra, y les invito a escucharla con la luz apagada. Simplemente perderse en la dulce y apacible melodía del tema:


Nights in white satin
(Noches en blanco satin)
Never reaching the end
(Nunca alcanzan el final)
Letters I've written
(Las cartas que he escrito)
Never meaning to send
(y que nunca enviaré)
Beauty I've always missed
(La belleza que siempre extrañé)
With these eyes before
(Con aquellos ojos de antes)
Just what the truth is
(Solo que la verdad  es…)

Cause I love you
(Que te amo)
Yes I love you
(Si, te amo)
Oh how I love you
(Oh, como tea mo)
Gazing at people some hand in hand
(Mirando a alguna gente mano a mano)
Just what I'm going through they can't understand
(Solo estoy pasando a través de lo que no entienden)
Some try to tell me thoughts they cannot defend
(Algunos tartan de decirme que los pensamientos no pueden defenderse)
Just what you want to be you will be in the end
(Solo que lo que quieres en ti, estará en el final)

Cause I love you
(Que te amo)
Yes I love you
(Si, te amo)
Oh how I love you
(Oh, como te amo)


Nights in white satin
(Noches en blanco satin)
Never reaching the end
(Nunca alcanzan el final)
Letters I've written
(Las cartas que he escrito)
Never meaning to send
(y que nunca enviaré)
Beauty I've always missed
(La belleza que siempre extrañé)
With these eyes before
(Con aquellos ojos de antes)
Just what the truth is
(Solo que la verdad  es…)

Cause I love you
(Que te amo)
Yes I love you
(Si, te amo)
Oh how I love you
(Oh, como te amo)






miércoles, 11 de febrero de 2015

Errores # 1



¿Qué es lo que había sucedido? ¿Había cometido un error en pedir ayuda a quien amaba? ¿Por qué obtuvo en cambio, una sórdida respuesta a su solicitud? ¿Por qué tenía una muralla de indiferencia en frente? ¿Tenía que sobre eso, soportar aquel castigo que significaba que lo abandonaran, sin mediar palabra alguna? ¿Cómo tendría que haber reaccionado? ¿Amablemente? ¿Humildemente? ¿Humillarse?

 El sentido común indicaba que en ese preciso momento, debió haber terminado con todo. Es decir, ¿De que servía convivir con una persona que no estaba dispuesta a ser una compañera, sino una carga? Una persona que mantenía las puertas cerradas de su mundo, mientras el trataban de comprender una y otra vez que era lo que había hecho mal. La quería más que a nada, se había convertido en su amor ideal.Pero también en una quimera.

Pero perdió el control, y pensó que vaciar su furia en contra, sería una manera de liberarse. Lamentablemente, esa estrategia no tenía sentido: La otra persona estaba cubierta por un manto de indiferencia de la que ya había hecho gala en situaciones anteriores. Finalmente el volcar toda la rabia, solo le significo hundirse en un inexplicable sentimiento de culpa, que tenía solución únicamente en recuperarla a como diera lugar. La única verdad es que se sentía tan solo y dolido, que no soportaba tener que vivir nuevamente la soledad.
¿Recuperarla? ¿A qué precio? ¿Qué había hecho tan malo durante todo ese tiempo para que ni siquiera hubiera existido un ápice de cordura en aquel conflicto en donde se encontraba?

¿Por qué no simplemente todo pudo haberse solucionado con un dialogo sincero entre las partes? ¿Por qué tuvo que abandonarlo, colocando el orgullo por sobre todo lo que significaba aquello para ambos?

Pidió perdón, y solo consiguió alimentar a aquel ser egoísta que tenía al lado, quien además de haberse comportado indiferentemente frente a su dolor, agregó una serie de condiciones para volver a estar a su lado. Eso incluía incluso, dejar de lado a sus amistades, someterse a una vida a su lado, sin futuro, sin poder siquiera atreverse a exigir algo. Estaba sin control, y aún no se explicaba por qué aceptó vivir todo ese proceso. Pero lo aceptó. 

Pasó el tiempo, y el ciclo se reiteró en innumerables ocasiones. Y cada vez el dolor se iba agigantando en su interior. La otra persona nunca preguntó por él. Nunca le interesó. Solo tenía claro que tenía un súbdito al que podía doblegar a su antojo,  al que odiaba y quería. Pero no era más que una carta descartable dentro de las múltiples opciones que se le ofrecían constantemente. 

Hasta que un día, todo ese sufrimiento que había experimentado, hizo cortocircuito en su cabeza. La otra persona finalmente se alejó por una última vez, sin siquiera dirigirle la palabra. Nada había cambiado, desde la primera vez.

¿Qué había en la cabeza de la otra persona, aparte del odio, y el dolor? ¿Qué había detrás de ese ciclo que se repetia una y otra vez?  

Solo había algo claro, la absoluta responsabilidad de prolongar su sufrimiento, no dependía más que de él.


martes, 10 de febrero de 2015

500 Days of Summer (¿500 días con ella?)



500 Días… ¿Con ella? (500 Days of Summer)
 
“Tom  (Interpretado por Joseph Gordon-Levitt) es un joven arquitecto, dedicado a un rutinario trabajo como escritor de tarjetas de felicitación, viviendo una vida sin mayores sobresaltos, hasta que un día aparece en su trabajo,  la joven Summer Finn (Zooey Deschanel), una atractiva chica, hija de padres divorciados. Tom se enamora rápidamente de Summer, con quien comienza un romance idílico, que abruptamente, le hará reestructurar su manera de pensar sobre el amor verdadero”.

Es curioso lo que significo esta película para mucha gente. Personalmente, escuché mucho de ella durante un tiempo, pero jamás me interesó verla.  Un día sin embargo, decidí echarle un vistazo, para comprobar algunos mitos que circulaban en internet de ella (El odio a la protagonista por ejemplo) y salir de dudas. 

 Me quedo claro al final de cinta, porque la mayoría termino odiando a la protagonista femenina, pero lo que más me llamo la atención, fue que muy pocos repararon en la conducta del protagonista de la cinta y el mensaje que pretendía entregar la película desde un principio: “Esto es una historia de chico conoce a chica. Pero más vale que sepas de entrada que no es una historia de amor“. Definitivamente 500 Days of Summer no es una cinta de amor ni romanticismo, sino más bien, todo lo contrario: es una historia de desamor. Es más bien una advertencia a brazo alzado, sobre todo para el público masculino.

A continuación algunos spoilers mayores de la cinta (si no la has visto,  deja de leer!)

Si bien la película tiende a presentar como hilo principal, como transcurre la historia de Tom, enamorado de Summer, la cinta se enfoca precisamente, en las desventuras que tuvo que experimentar una vez acabo su relación. Como tuvo que volver a enfocarse en sí mismo, ser leal a sus proyectos, luchar contra el sufrimiento de darse cuenta, que el único que se “engancho” en la relación fue el.  Expectativas versus la realidad. Despertar amargamente de toda aquella fábula que inventó en su cabeza respecto a la chica de sus sueños.

Que quede claro, que no tengo nada en contra de la protagonista: Summer nunca tuvo nada claro respecto a lo que deseaba en la vida. En cada película y libro que compartieron con Tom, veía con nostalgia algo que no podría alcanzar jamás con Él. Es por eso que en el tiempo, Tom no fue más que un medio para “no estar sola” mientras aparecía aquel ser que supuestamente la haría feliz. 

Es por eso que su relación pasó a ser algo sin mayor importancia y que cuando llegó el momento descartó sin más, agregando por cierto el hecho de que Tom le facilito el duelo durante un buen tiempo del metraje de la cinta. Fue precisamente por eso que al cabo de un escaso tiempo, Summer pudo sentirse completamente segura de tomar la decisión de casarse. Tom le había ayudado sin querer, a posicionarse ante su nueva pareja sin dolor alguno, ni sentirse sola. ¡Felicidades Tom! 

Debo admitir que de alguna manera, me sentí identificado con el personaje. Pero aunque parezca cruel, la vida es así de determinante en lo que respecta a relaciones. No necesariamente la gente busca relacionarse para estar feliz, sino que para ocultar el inmenso dolor que ocultan en sus corazones.

Bueno, al terminar el metraje, me pregunté ¿Y qué pasaría con Tom? Pues es claro que entendió completamente la moraleja al final de la cinta: “Tom finalmente aprendió que no existen los milagros. No existe tal cosa llamada destino. Nada está destinado a ser. Él lo sabía. Estaba seguro de ello ahora.

-Mi nombre es Tom.
-Encantada de conocerte. Yo soy Autumn.”

Después del verano, siempre llega el Otoño.



viernes, 6 de febrero de 2015

La entrevista # 1



-          ¿Y qué es lo que opina entonces respecto a este tema?

-          Pues que no hay receta en definitiva. Podríamos pensar que si existiera algún tipo de solución para los problemas que radican en el enamoramiento, las emociones, noviazgos, consortes, concubinatos, y otras relaciones similares, las antiguas civilizaciones ya lo hubieran descubierto hace milenios, pero no ha sido así.


-          Entonces,  ¿piensa que ante un quiebre  la culpa siempre es del otro?

-          No en absoluto . ¿Me habla de la culpa? ¿Existirá un sentimiento más absurdo que la culpa en este tema? La convivencia tiene mecánicas que no funcionan, por una condición natural de las personas. Recuerde que ante todo lo que digan los científicos y defensores de la conciencia, seguimos siendo animales, y funcionamos de manera territorial, aunque aquellos territorios se hayan trasladado a nuestros pensamientos y sentimientos. Es totalmente descabellado pensar que la otra persona nació para cumplir las expectativas del otro -  que es el sentimiento que predomina hoy cuando estamos bajo los efectos del enamoramiento- por lo que, hay que aclarar que si bien el enamoramiento es una emoción sumamente poderosa y nubla la visión respecto a la persona que tenemos en frente, es una emoción pasajera. Es por eso que cuando surgen los problemas en las relaciones, rápidamente las personas proceden a proyectar en el otro, todos sus problemas internos: Si proyectas silencio, no encuentras la manera de comunicarte, si expresas odio, es simplemente el odio que te tienes tú mismo; si tratas constantemente al otro de mentiroso, es muy probable que estés cubriendo tus propias mentiras  con los actos de tu pareja. Cuando se llega a ese punto, existen dos opciones súper claras: O trabajas arduamente en conjunto para que las cosas funcionen, o te retiras.  No hay otra opción posible. 


-          ¿Es decir que cuando dos personas no logran solucionar el problema en conjunto, no existe salvación?

-          Eso es una realidad absoluta. Si al problema le ponemos paños fríos, aminorando los síntomas pero no la causa raíz, y no se logra un acuerdo real, o se definen bien las metas que la pareja desea – lo que dicho sea de paso, es un triunfo de la comunicación- es absolutamente imposible poder superar esto en el futuro inmediato. Los conflictos de pareja, siempre son de dos, ya sea por omisión o por acción.  Si dos humanos han decidido terminar en convivencia, es una torpeza pensar que el “amor” será el bálsamo milagroso para los problemas. Somos personas, con defectos y virtudes, no personajes destinados a la perfección absurda a la que nos tienen acostumbrados los cuentos de hadas y manuales de convivencia.


-          ¿Y qué pasa cuando las personas se mantienen aferradas a estos círculos interminables de amor y odio?

-          Es lógico pensar que alguna de las partes tiene la culpa de esto. Sin embargo, yo desde mi perspectiva personal, pienso que eso es un error. Estos ciclos no son más que claras señales de que los problemas de convivencia no son producto de “haber formado una pareja”, sino más bien, son las manifestaciones de los problemas que acarrea cada uno. Ya sean celos, inestabilidad emocional, ciclos sentimentales no cerrados, y un largo etcétera. Aparecen durante el desarrollo de la relación como temas pendientes, que nos dan la señal de alerta. Si hablábamos de amor, pues ese es el momento en que hay que generar los acuerdos reales. Sentarse a conversar y asumir. Lamentablemente, y como dije anteriormente, cuando existe un constante ejercicio de buscar un “culpable”,  y  solo una parte se dedica a conciliar, esta se desgasta, y se somete a un sufrimiento innecesario. Eso es lo que a la larga termina por destruir cualquier relación, por muy placentera que esta sea.


-          ¿Y qué piensa entonces de la gente que parece indiferente a las diversas experiencias que le ha tocado vivir a lo largo de la vida, y prosiguen como si nada, en nuevas aventuras?

-          Pues, es claro que hay gente que al término de una relación, tratara de buscar rápidamente la forma de involucrarse en otra. Ya sea al final de, o en el epilogo de la anterior.  Hay mucha gente que funciona en base a “cosechar” posibles candidatos para un eventual quiebre.  Esa conducta es fácil y simplista, pero a la larga someterá a nuestro Tarzán emocional, a un callejón sin salida, en donde tarde o temprano tendrá que enfrentarse al dolor que ha pospuesto por tanto tiempo.

lunes, 2 de febrero de 2015

La peligrosa Adicción

Cualquiera pensaría que la adicción solo es una palabra que le cae a los drogadictos, o enfermos de cualquier especie. Sin embargo, la adicción también a aplica a la forma de relacionarnos con las personas. Necesariamente, es importante que podamos analizar nuestras relaciones durante el tiempo, para descubrir cuales han sido las fuentes que han generado los problemas.

No estoy hablando de limitarse a establecer un vinculo con alguien, por el contrario. Hablo de sanear los vinculos que podamos tener con las personas, evitando primeramente la dependecia y la contaminación afectiva. Es primordial entender que al generar un nivel de adicción a cierto tipo de relacion sentimental, nos veremos en un caso muy similar al que un adicto a alguna droga, debe enfrentarse si pretende dejar su adicción. 

En estos casos, no existe la terapia de choque. La cosa es simple: Contacto 0.

No hay grises, ni intentos, ni terceras ni cuartas o quintas oportunidades, ni siquiera pensar en el termino de "amistades por conveniencia". Cuando aún sufrimos por la persona, definitivamente, debemos encontrar primero, cual es el verdadero origen de este apego enfermizo. Es probable que nos demos cuenta con asombro, que la adicción viene principalmente de nuestro miedo a enfrentar la soledad, que dervia en la incapacidad de relacionarnos con alguien "emocionalmente estable".

Curiosamente la gente que tiene problemas emocionales, tiene a buscar a los de su especie, constantemente. Un rito que se repite cada cierto tiempo, con muchos heridos, y muertos en algunas ocasiones. 

Una muy buena técnica para superar la adicción, es poder liberarse de vinculos, tanto directos como indirectos. Llega el momento, primero que todo, de enfrentarnos a nosotros mismos. ¿Qué hay dentro de nosotros que nos impulsa a relacionarnos con gente emocionalmente inestable? Es una buena pregunta para empezar. Quizas incluso, nos podemos dar cuenta que la respuesta a veces puede ser totalmente opuesta a lo que pensamos. Un adicto afectivo, finalmente no requiere el vinculo para sentirse bien, sino que todo lo contrario: Necesita sentir una suerte de "castigo"; generar un ciclo de amor y daño. NI las terapias, ni los libros de autoayuda sirven, sino estamos dispuestos a observar dentro de nosotros, tolerarnos, y aprender que para poder relacionarnos sanamente con alguien, primero debemos relacionarnos de la mejor manera con nosotros mismos.