“Entre caníbales, el dolor es veneno, nena. Y no lo sentirás hasta el fin, mientras te muevas lento y jadees el nombre, que mata... Ah, come de mí, come de mi carne ah, entre caníbales.”
El difunto vocalista de la banda argentina Soda
Stereo, Gustavo Cerati, graficó en 1990 una
compleja idea sobre el amor en la canción “Entre Caníbales”, presente en el
disco “Canción Animal”. Alejada
totalmente de la balada popular, tomaba conceptos bastante abstractos para la
agitada última década del milenio.

A pesar de vivir en una sociedad virtualmente híper comunicada, poco nos comunicamos. Nuestras relaciones se han vuelto con mayor frecuencia, ciclos altamente destructivos, y gracias al aumento de las redes sociales, y los medios de comunicación, se han externalizado en situaciones superficiales, y solo movidas por el deseo. Como si fuesen un bien de consumo más. Toda esta “materialización del amor caníbal”, produce en el corto o mediano plazo, rompimientos que no solo alcanzan a los involucrados directamente, sino que también a aquellos que forman parte del círculo cercano (Amigos, familiares, inclusos mascotas). Y en el peor de los casos, estas relaciones Caníbales, no toleran la idea de perder, acercándonos peligrosamente a la violencia.
Claramente, un vínculo sano entre dos personas, debe ser posible gracias a una serie de elementos que nos permitan crecer junto a nuestra pareja. No debe se debe transar la individualidad, los principios. Podemos seguir aprendiendo, seguir conociendo, seguir incrementando las cosas en común, cumplir los sueños y metas personales, sin dejar de amar. No hay que “Amar para perderse” como decía Hermann Hesse, hay que “Amar para encontrarse”. Pero hay que tener cuidado con amar “Entre Caníbales”, pues el riesgo es ser devorado.
Claramente, un vínculo sano entre dos personas, debe ser posible gracias a una serie de elementos que nos permitan crecer junto a nuestra pareja. No debe se debe transar la individualidad, los principios. Podemos seguir aprendiendo, seguir conociendo, seguir incrementando las cosas en común, cumplir los sueños y metas personales, sin dejar de amar. No hay que “Amar para perderse” como decía Hermann Hesse, hay que “Amar para encontrarse”. Pero hay que tener cuidado con amar “Entre Caníbales”, pues el riesgo es ser devorado.
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