El complejo campo de la psicología humana,
ha dedicado extensos y complejos estudios sobre las relaciones humanas, en
busca de patrones que parecen ser el común denominador al momento de hablar de
conflictos emocionales. Y es que, a pesar de dar la impresión de que muchos de
ellos se conozcan con antelación, siguen siendo predominantes en la gran
mayoría de las relaciones emocionales a lo largo del tiempo.
La psicología-evolucionista (De la que se desprenden muchos de estos
estudios) propone que la elección de pareja está dirigida por distintos mecanismos de índole psíquicos & Físicos.
Lo anterior afirma la creencia que los individuos eligen como pareja, a personas
que poseen características físicas y
mentales que aseguren la reproducción y la supervivencia de la especie. Es así
como la tendencia es, que las
mujeres sean mucho más prudentes al elegir pareja, pues son quienes incurren en
un esfuerzo mayor en la crianza de sus hijos. La preferencia será casi siempre
hombres grandes, fuertes y atractivos, para asegurar la crianza segura de los
hijos, aunque esta prudencia no necesariamente implica que la pareja sea la
mejor en términos emocionales. Los hombres tienen más disposición a las relaciones
esporádicas, porque esto aumenta las probabilidades de procreación, implicando
también la disposición a relacionarse con compañeras más jóvenes, debido a que
buscan una pareja que sea fértil y genéticamente sana.
Como vimos anteriormente, existen
todos los factores necesarios para que una relación prospere, pero, el vínculo
a largo plazo parece estar destinado al fracaso, cuando no es con fines
reproductivos. Al parecer la idea de la emocionalidad
dentro de una relación a la largo plazo, termina siendo un vínculo contra~ natura.
Lo anterior, me da a pensar las
siguientes preguntas:
¿Si los sentimientos existentes en una relación, son contra natura, las relaciones a largo plazo son necesariamente, fenómenos exclusivos de la naturaleza humana?
¿Por qué desarrollamos una emocionalidad tan compleja respecto a nuestras relaciones, o nuestros organismos desarrollan tramas tan complejas como el enamoramiento o el apego, si finalmente van en contra de la neutralidad del fin reproductivo?
Podríamos hablar largo y tendido de
la similitud que existe entre algunas sensaciones que provocan el enamoramiento
y el consumo de drogas, pero aún así, encontraríamos una infinidad de
cuestionamientos interminables para el fenómeno. No necesariamente una relación
debe caer en la adicción para existir, o un vínculo debe extenderse en el
tiempo para demostrar su validez.
Al parecer la ciencia, aún no ha develado los
misterios que rodean el enigma oculto en los sentimientos. Y así como es inevitable
concebir la idea de que el hombre debe conocer el amor, también es totalmente necesario
que deba aprender a relacionarse sanamente, tanto consigo mismo, como con sus
pares.