Un día salio de esa historia. Pero en realidad no había salido. No tenia intenciones. ¿Cual era su objetivo?
Habían sido años de vivencias. Experiencias maravillosas. Algunas de las cuales aún seguín viniendo a su cabeza una y otra vez, como un fantasma. Fantasma que le producía un miedo atroz, porque se sabía que si en algún momento se topaba nuevamente con él, todo el sufrimiento se pondría en funcionamiento de nuevo. Si, había pasado el tiempo, y la historia había acabado. Se había acabo por la distancia. Porque con la distancia las pasiones se resienten, se enferman de desconfianza, de celos, de miedo. Se enferman y se convierten en nuevas sensaciones que desconocemos. Que desconocemos y no podemos controlar. Y asi pasó, como la pasión y el amor perpetuó se desintegró sin más.
¿Pero quien se había mentido? ¿Fue ella en su espera? ¿Fue el en su ausencia?
Como haya sido, ella ya no formaba parte de la historia, pero habia dejado una ventana abierta. Porque queria saber que significaba ya no estar ahi. Que significaba observar algo que ya no formaba parte de si misma y que nunca lo fué. ¿Por que sometia a la crueldad de la ventana cuando podía y tenía tiempo?
Estaba esperando una pasión que fuera capaz de borrar lo que había vivido, pero ahi estaba aun la ventana abierta, dejando que el viento apagara cualquier pasión que pudiera volver a brotar de su pecho. En realidad tenía miedo, porque había descubierto que tras aquella ventana abierta, en el fondo había otra , y otra ventana más. Había dejado un rastro de ventanas abiertas en su vida, que seguían soplando los vientos del pasado, apagando sus ganas de vivir en el presente.
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