El origen de la frase “encontrar a la media naranja”, se remonta a una época quizás más antigua de la que
imaginaba.Tanto así que para descubrir su origen, debemos hacer un viaje en
el tiempo hasta la época de Platón.
Para ser más preciso, en la obra “El Banquete”, Platón cita las enseñanzas de Aristófanes, quien cuenta que el origen de aquella frase, nace de la leyenda que cuenta que en el principio de los tiempos, la raza humana era perfecta. Hermosos y preciados seres mitológicos esféricos, similares a naranjas, que tenían dos caras opuestas sobre la cabeza, además de contar con cuatro brazos y cuatro piernas. Los seres estaban compuestos por diversidad de género; hombres, mujeres, y andrógino, es decir, hombre más mujer. Sin embargo, los seres con el pasar del tiempo, se volvieron vanidosos y desafiantes, tanto así que un día se les ocurrió desafiar a los dioses...
Tal atrevimiento no quedó impune y el sumo Zeus enfurecido, los castigó partiéndolos
por la mitad. Acto seguido, mandó a Hermes a que a cada uno le atara la carne
sobrante en torno al ombligo. Ya repuestos del castigo, los seres quedaron entristecidos buscando
a la mitad que les correspondía. Una tarea casi imposible, y que tristemente, si alguna vez llegaba a suceder, se
abrazaban hasta morir de inanición. Zeus, que comprendió que su castigo había sido excesivo, en un acto final de compasión, ordenó a Hermes que les girase la cara hacia
el mismo lado donde tenían el sexo: de este modo, cada vez que uno de estos
seres encontrara a su otra mitad, de esa unión pudiera obtener placer y descendencia según fuera el caso. Fue a contar de ese momento, que los seres humanos vivimos condenados a la eterna búsqueda de nuestra "media naranja", con la finalidad de buscar la anhelada completitud.
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